lunes, 5 de mayo de 2014

CARTA ABIERTA A TRES PRESIDENTES LATINOAMERICANOS

LEONTXO GARCÍA
Un reportaje mío sobre seis días de viaje con Kaspárov, en el que incluía una visión muy crítica de varios aspectos del ajedrez latinoamericano, fue publicado por ChessBase el 17 de abril. Tres presidentes han replicado en el portal de FIDE AméricaJorge Vega (FIDE América), Darcy Lima (Federación Brasileña y Zona 2.4) y Milton Iturry (Federación “Deportiva” Peruana).Creo que el asunto es de interés general, por lo que quiero dar a esas tres réplicas y a mi respuesta la máxima difusión posible.
Presidentes Vega, Lima e Iturry:
Permítanme empezar con un pequeño detalle: dos de ustedes (Vega e Iturry) han sido incapaces de escribir correctamente las siete letras de mi nombre (y no lo han corregido en cinco días, hasta el momento de enviar esta carta abierta). Doy por seguro que es una casualidad, y que no es significativa del rigor con que ustedes desempeñan sus importantes cargos. Pero quizá sí lo sea de la ligereza con que han leído mi reportaje y han escrito sus réplicas. Dado el gran respeto que me inspiran sus cargos –representan legítimamente a cientos de miles de ajedrecistas-, y teniendo en cuenta que entre ustedes tres y yo nunca ha habido conflictos personales, escribo esta carta desde la presunción de que los tres actúan de buena fe, y con la principal intención de alimentar un debate saludable para el ajedrez latinoamericano.
En su caso, presidente Vega, todo indica que no ha leído atentamente lo que escribí y que además tiene mala memoria (usted ha sido testigo de buena parte de lo que cuento en el próximo párrafo). Me refiero, sobre todo, a esta frase suya: “Rechazo igualmente como ciudadano mexicano el comienzo del párrafo donde habla de ‘las miserias del ajedrez mexicano’ donde nos insulta a todos”.
                Durante los últimos ocho años he viajado a México en quince ocasiones; en ese entrañable país he comentado torneos en directo durante cientos de horas; me han hecho decenas de entrevistas para diversos medios de comunicación; he dado varias conferencias; he presentado mi libro; he visitado colegios, universidades, clubes, la impresionante Fundación Down de Ciudad de México (donde el ajedrez se está aplicando con gran éxito a personas con síndrome Down)…; he intercambiado impresiones profesionales con varios expertos mexicanos en las aplicaciones sociales del ajedrez; he firmado miles de autógrafos y posado para miles de fotos; he publicado numerosos reportajes sobre todo ello en medios de gran audiencia; entre mis seguidores más fieles en las redes sociales hay muchos mexicanos. Durante todas esas actividades he recibido toneladas de cariño, y varios de los días más agradables de mi vida transcurrieron en México. Además, en ese país he aprendido mucho; entre otras cosas, la cortesía y amabilidad que en el norte de España hemos perdido en gran parte.
¿Por qué extrañísima razón afirma usted que quiero insultar a todos los ajedrecistas mexicanos? No, Sr. Vega, no se confunda, yo critico a dos personas muy concretas: usted y el presidente de la Federación Mexicana, Raúl Hernández, quien todavía no ha ofrecido –que yo sepa- una explicación razonable de por qué, a pesar de haber reconfirmado su presencia un día antes, no acudió, ni excusó ni envió a nadie en su lugar a los numerosos actos en que Gari Kaspárov fue recibido por importantes autoridades y personalidades de México, incluido el presidente de la República y otros altos cargos. Le doy mi palabra, Sr. Vega, de que si el presidente Hernández publica una explicación creíble y aceptable de los hechos rectificaré de inmediato las deducciones posibles que cito en el reportaje, tan duras como lógicas; pero concédame que un mes de silencio es sospechosamente misterioso.
Dentro de unos párrafos volveré a usted, Sr. Vega, pero permítame que responda antes a sus distinguidos colegas, empezando por el presidente Lima, quien afirma alegremente que mi reportaje es un “panfleto electoral”. Comprendo que usted, Sr. Lima, no tiene obligación alguna de conocer mi trayectoria profesional de 31 años sin una sola mancha importante (he cometido errores, por supuesto, pero los he reconocido en cuanto he sido consciente de ello, y he pedido disculpas), y lamento que tampoco usted haya leído atentamente mi reportaje, porque en él explico por qué lo escribo. En todo caso, quede claro que nunca jamás he participado en campañas de nadie, que tampoco lo hago en este caso, y que si algún día lo hiciera, sería tras anunciarlo antes. Soy un periodista orgullosamente independiente, y he tenido discrepancias con casi todas las personalidades del ajedrez mundial durante los últimos tres decenios, incluido Kaspárov, con quien he mantenido verdaderas broncas, ante testigos. Confío en que el siguiente relato cronológico ayude a que nos entendamos mejor y resulte, además, interesante para los lectores.
Hacia octubre de 2013 me planteé qué actitud profesional debía adoptar sobre las elecciones de la FIDE. Además de los 19 años de inmovilismo ineficaz y con mala imagen del equipo de Kirsán Iliumyínov (lo escribo así porque sigo el consejo de transcribir los nombres de origen cirílico tal como deben pronunciarse en español), hay una razón muy concreta para desear el cambio de presidente: una multinacional –supongamos Coca Cola- nunca aceptará ligar su imagen con la de Iliumyínov, quien se enorgulleció de ser amigo de dictadores sanguinarios y de haber sido secuestrado por extraterrestres; por eso no ha logrado ningún patrocinio de ese tipo en 19 años, ni es probable que lo consiga jamás. Reconozco que ha aportado mucho dinero, ya sea de su fortuna personal o de oscuros orígenes rusos, pero el ajedrez tiene argumentos muy poderosos –enseguida los explico- para aspirar a patrocinios mucho más prestigiosos y estables. Y no cabe duda de que la imagen de Kaspárov es claramente más atractiva para esas multinacionales, excepto en el caso de que den prioridad al mercado ruso, dado que el excampeón es un furibundo opositor del presidente Putin; por cierto, varias fuentes me indican que algunas Embajadas de Rusia –incluida la de México- están presionando a favor de Iliumyínov en esta campaña electoral, lo que no me sorprende.
Fijémonos en la situación de hoy mismo, 4 de mayo. A pesar de recientes declaraciones de su presidente –¡En las que hablaba de posibles patrocinadores por diez millones de dólares!-, la FIDE acaba de anunciar por segunda vez (la primera fue el 10 de marzo) que no ha recibido ninguna oferta para el Mundial Carlsen-Anand en el plazo establecido.Seguro que en ese grave problema influye la absurda decisión de que el Mundial sea anual –ya corregida por la FIDE; será bienal a partir de 2014-, pero la causa principal a mi juicio es la pésima mercadotecnia y gestión de la FIDE. Otro ejemplo de ahora mismo: la FIDE acaba de borrar de su calendario oficial el primer torneo del Gran Premio 2014-2015, previsto con mucha antelación del 14 al 28 de mayo, sin emitir hasta hoy un comunicado que lo explique ni pedir disculpas a los organizadores privados que debieron renunciar a esas fechas, ni a los jugadores de élite que las reservaron. Es el enésimo incumplimiento de la FIDE de fechas anunciadas y, a pesar de ser un año electoral, todo indica que al presidente Iliumyínov se le están secando sus fuentes de dinero, quizá por las sanciones que sufre Rusia tras la invasión ilegal de Crimea.
Tengo otro motivo de peso, presidente Lima, para desear que Iliumyínov y su equipo pierdan estas elecciones. Como explico detalladamente en los primeros párrafos de mi reportaje, estoy convencido de que la clave para el buen futuro del ajedrez es la promoción de sus múltiples aplicaciones sociales, y muy especialmente su introducción masiva en los colegios como asignatura obligatoria, cuya utilidad ha sido demostrada en estudios científicos serios. El presidente Iliumyínov y otros directivos hablan mucho de eso, pero hacen mucho menos de lo que deberían. Y lo digo con amplio conocimiento, después de haberme esforzado al máximo en este ámbito durante un cuarto de siglo, dentro y fuera de la FIDE.
Por el contrario, el trabajo de Kaspárov, ayudado por el presidente de la Unión Europea de Ajedrez, Silvio Danáilov, fue decisivo para que 415 eurodiputados decidiesen, en marzo de 2012, recomendar la introducción del ajedrez como asignatura obligatoria en los colegios de los 28 países de la Unión Europea. Además, él mismo terminó de convencerme durante una larga conversación telefónica, en octubre, con este argumento: “La Fundación Kaspárov me permite fomentar el ajedrez pedagógico y hablar con Gobiernos. Pero ser presidente de la FIDE me daría un acceso mucho más rápido a 178 ministros de Educación”. También estuve con él y otros expertos durante una mesa redonda en el seminario de Londres, el pasado diciembre. Primero nos escuchó, y luego habló, demostrando un profundo conocimiento sobre la materia, incluso desde el punto de vista científico.
Por todo ello, presidente Lima, me resulta indignante –desde el punto de vista del interés general del ajedrez latinoamericano- el boicot de casi todas las federaciones (sólo tres estuvieron representadas) a los actos de lanzamiento de la Fundación Kaspárov para Iberoamérica en Ciudad de México. Y permítame que destaque en especial la actitud de usted, que preside la federación del país más poderoso, así como la zona 2.4: si el ajedrez se desarrollara masivamente en Brasil, sería un magnífico tirón para todo el continente. Además, usted es señalado por muchos como el candidato principal a suceder al presidente Vega en FIDE América. Me consta que Kaspárov estaría encantado de hacer en otros países –y concretamente en Brasil- lo que ya está haciendo en México con el apoyo de personas e instituciones muy poderosas; por ejemplo, el acuerdo con el alcalde de Ciudad de México para que un millón de niños aprendan ajedrez en las escuelas.
Usted, como sus colegas presidentes, fue invitado por la Fundación Kaspárov con los gastos pagados a Ciudad de México para escuchar las propuestas de Kaspárov, tanto con respecto a la fundación como sobre las elecciones. Era una oportunidad magnífica para escuchar, preguntar, objetar e incluso criticar, sin compromiso posterior alguno, ni de apoyar a la Fundación Kaspárov ni de votar por él como presidente de la FIDE. Pero usted, como otros muchos, optó por rechazar la invitación, a pesar de las interesantes propuestas que hubiera podido escuchar para el desarrollo del ajedrez en Brasil.
No dudo de su legitimidad democrática como presidente, y por ello merece mi respeto. Pero me pregunto qué dirán los ajedrecistas brasileños si les preguntamos sobre la negativa de su presidente a escuchar al campeón del mundo que más ha trabajado por la promoción del ajedrez y que ahora desea difundirlo especialmente en Latinoamérica.
Afirma el presidente Iturry que no soy objetivo al calificar de “bochornoso” que hubiera dos peruanos que reclamaban ser los legítimos representantes de su país en las elecciones de la FIDE en 2010. Tiene usted razón: no puedo ser objetivo porque es lo que sentí –y no fui el único-, subjetivamente, durante aquella Asamblea General en Janti Mansiisk; más aún si tenemos en cuenta que ya había ocurrido algo similar cuatro años antes, en Turín 2006, donde, tras no poca bronca, finalmente se anuló el voto de Perú.
Usted fue una de aquellas dos personas en 2010, y acabó votando por Perú, a pesar de que el Gobierno de su país reconocía a la otra persona y no a usted, porque la FIDE es miembro del Comité Olímpico Internacional, usted estaba apoyado por el Comité Olímpico de su país y la FIDE da prioridad a ese apoyo sobre el de los gobiernos nacionales. A juzgar por los complicados detalles judiciales, legales y técnicos que explica en su réplica (y que no estoy seguro de entender a pesar de haberlos leído varias veces), la prudencia me indica que debo situarme en el caso más favorable para usted, y reconocerlo como el actual presidente más o menos legítimo, aunque sea con muchas dudas, admitido como tal por la FIDE aunque no sé muy bien por qué (no acabo de tener claro si a usted lo apoya el Instituto Peruano del Deporte y el Comité Olímpico Peruano), a la espera de un proceso judicial y de nuevas elecciones. Aparte de eso, sólo puedo aplaudir el trabajo que menciona con los niños.
Ahora bien, hay una reflexión con la que supongo que estará de acuerdo. Perú es el país latinoamericano que ha producido más grandes talentos en proporción al escaso apoyo –oficial y privado- que recibe el ajedrez en el país. Los cuatro casos más sonados son Julio Granda, Emilio Córdova y los hermanos Cori. Tienen ustedes ahí (me refiero a los ajedrecistas con aspiraciones directivas) un argumento valiosísimo para que el ajedrez sea promovido a gran escala e introducido en los colegios, y sin embargo han perdido al menos ocho años preciosos en peleas y procesos judiciales. ¿No sería mucho mejor que aúnen fuerzas y se pongan a remar en la dirección correcta de una vez? ¿Cree usted que los ajedrecistas peruanos están orgullosos de esta situación?
Vuelvo al Sr. Vega para corregir su interpretación de mi reportaje. En ningún momento afirmo -como me atribuye- que usted haya amenazado a los presidentes de federaciones latinoamericanas. Sólo cito esa posibilidad, como una de las deducciones lógicas y dirigidas a una sola persona, cuando intento explicar la misteriosa actitud del presidente Hernández, ya mencionada.
Lo que sí digo, y repito ahora rotundamente, es que a usted le teme mucha gente en el ajedrez latinoamericano. Eso no es ningún delito porque, reitero, nunca he asegurado que se deba a amenazas ni a nada ilegal, sino más bien al temor a quedarse aislados dentro del ámbito del ajedrez federativo latinoamericano. De hecho, usted mismo lo indica en una entrevista con mi colega argentino Carlos Ilardo, publicada en el portal de FIDE América el 8 de noviembre de 2013, cuando se refiere a que Argentina votó en contra de Iliumyínov en las últimas elecciones: “(…) rompió con la posición continental que siempre votó en bloque y el que no toma ese camino se queda aislado. En la pasada elección FIDE América tenía 34 federaciones, sólo 6 estuvieron en contra de Ilyumzhinov, de las cuales, 2 se abstuvieron y el resto estuvo a favor. Desgraciadamente la Argentina estuvo entre esas 6, después de haber dicho siempre que iba a estar entre esas 28 (…)”. Y un poco más adelante subraya: “Frente a este panorama los ajedrecistas argentinos quedarán aislados de que el país vuelva en lo inmediato a ser sede de los grandes torneos de la FIDE”. Para reafirmarlo, me baso en innumerables testimonios recogidos personalmente en muchos países durante mis numerosos viajes; le diré más: al menos dos veces, que yo recuerde, me han llegado a pedir por favor –y con un semblante de temor- que no incluya críticas hacia usted cuando soy contratado como comentarista de torneos. Créame, Sr. Vega, es una percepción tan fuerte que se convierte en hecho contrastado, le guste o no, y jamás lo hubiera escrito de no estar seguro.
Por tanto, sólo rectifico dos pequeños detalles de cuanto escribí, ambos señalados en una carta por la Federación Uruguaya, a la que considero ejemplar: su presidente, Bernardo Roselli, me dice que las sedes de los torneos continentales se deciden amistosamente, sin presiones rechazables; y que esa federación en concreto aplica con frecuencia a sus votos un criterio “americanista” (de solidaridad con países hermanos), y no el del miedo a las consecuencias.
No quiero ser injusto con usted, presidente Vega. Doy por indiscutible su amor al ajedrez y la importante contribución, hace muchos años, a su desarrollo en Cuba, que no sólo deduzco de su biografía sino también del testimonio de nuestro común amigo, el presidente Silvino García. Pero, desde el punto de vista estrictamente profesional, tengo motivos de peso para ser muy crítico con usted como presidente de FIDE América: porque apoya con una impresionante firmeza la pésima gestión de Iliumyínov (Anatoli Kárpov le definió como “el mejor soldado de Iliumyínov”); porque ni siquiera concede a Kaspárov la oportunidad de equivocarse después de 19 años de ineficacia en la FIDE; porque en sus entrevistas de los últimos diez años que he encontrado apenas habla de la importancia capital de introducir el ajedrez en la educación (ni menciona algún plan suyo para conseguirlo; sólo he hallado esta frase: “Estoy totalmente convencido de ello, aunque la tarea será muy dura”), justo cuando prácticamente todos los gobiernos de Latinoamérica señalan la mejora del sistema educativo como prioridad.
Y por otro motivo, que es nuestra principal discrepancia a raíz de mi reportaje. Aunque sería exagerado afirmar que usted se enorgullece del boicot a los actos de presentación de la Fundación Kaspárov en Ciudad de México, lo innegable es que no lo lamenta, y eso resulta ilógico: el presidente de FIDE América debería estar interesadísimo en un proyecto impulsado nada menos que por Gari Kaspárov, con apoyos políticos y financieros de primer nivel, cuyo objetivo principal es la introducción masiva del ajedrez como asignatura en los colegios latinoamericanos. Sobre todo si tenemos en cuenta que las inversiones que la Fundación Kaspárov ya ha realizado en varios continentes desde 2002 –y las que ha empezado a hacer en Latinoamérica a pesar de la actitud negativa de ustedes- seguirán siendo útiles aunque él pierda las elecciones de agosto. Pero resulta que usted no sólo es el presidente de FIDE América, sino también miembro del equipo de campaña electoral del candidato/presidente Iliumyínov, y sin duda una figura capital para explicar por qué el millonario ruso lleva 19 años como presidente de la FIDE. De todo ello sale una deducción lógica: es probable que la prioridad de usted no sea sólo la promoción del ajedrez sino conservar su cargo y su poder a cualquier precio, aunque ello implique adoptar posiciones más que discutibles. Le traslado una pregunta similar a la que he lanzado al presidente Lima: ¿Cree usted que los ajedrecistas latinoamericanos apoyan este boicot descarado y despreciativo contra Kaspárov, sin escuchar siquiera sus propuestas?
Esa pregunta me lleva a una percepción: que no pocos de ustedes gobiernan de espaldas a los ajedrecistas de sus respectivos países; dicho de otra manera, que en muchos países el ajedrez federativo va por un lado y el real por otro. Por ejemplo, en su réplica a mi reportaje, usted dice que Hiquíngari Carranza, presidente de la Fundación Kaspárov para Iberoamérica, es “desconocido en las federaciones”. Si eso fuera cierto, indicaría una lamentable falta de información e interés por parte de esas federaciones, dado que las aportaciones de Carranza como organizador de grandes eventos son de tal calibre (véanse los detalles en mi reportaje) que lo configuran como una de los latinoamericanos que más han contribuido a la difusión del ajedrez. Usted también ha empleado, en foros diversos, los adjetivos “ridículo” y “fracaso” para calificar la gira de Kaspárov por México. Dado que, en realidad, fue un éxito rotundo si nos guiamos por el nivel de las autoridades que lo recibieron y los miles de aficionados que lo aclamaron, sus adjetivos sólo tienen sentido si los aplicamos a la ausencia masiva de representantes de federaciones, promovida y aplaudida –si aplicamos la lógica más elemental- por usted mismo.
Por último, anuncia usted que estudia con sus abogados la posibilidad de ejercer alguna acción contra mí. Obre en conciencia o como estime oportuno. Hay momentos en la vida en que uno debe expresar lo que siente, pase lo que pase, por desagradable que pueda ser; y yo siento que estoy en uno de esos momentos. Como periodista, mi objetivo no es ofender a nadie sino subrayar lo que digo al principio de mi reportaje, porque lo considero una obligación moral y profesional. Latinoamérica es una de las zonas económicas más pujantes del mundo en este momento histórico. Sus gobiernos están muy preocupados por mejorar la calidad de la educación.El ajedrez puede contribuir a ello de manera muy beneficiosa, tanto para los ciudadanos en general como para los ajedrecistas. Ese objetivo requiere mucha energía, una mentalidad innovadora, creativa, valiente, de cambios profundos. Y usted representa el inmovilismo absoluto.