sábado, 21 de diciembre de 2013

Ajedrez e inclusión.
El proyecto de ajedrez también se dirige a niños de inclusión, el cual les permite integrase en igualdad de condiciones a los demás niños. La inclusión no solo se basa en que estos estudiantes dispongan de los mismos espacios, sino que los niños de inclusión convivan armónicamente y sean aceptados por toda la comunidad.

domingo, 15 de diciembre de 2013

¿Y ganó el Indio o perdió el hindú?


El campeonato mundial de ajedrez entre Anand y Carlsen, en el aula.

Muchas son las maneras de acercarse al campeonato mundial de ajedrez (Anand – Carlsen, Madrás-India 2013) desde la perspectiva generada  en el salón de clase, pues son  los conceptos históricos como filosóficos, sociales, culturales y lógicamente técnicos y deportivos en el que un estudiante se encontrará  interesado en abordar. Es decir, un aproximarse a  las  tramas  que se pueden derivar de la partida y más que un simple análisis de esta, apreciar el juego desde varios frentes.

Lejos de los análisis profundos de variantes de los grandes maestros, como en los que  a menudo un alumno se interesa o discute, sean conceptos, jugadas, anécdotas, que para unos  pueden ser triviales, y que sin embargo son claves para que el alumno cree conexiones con otras asignaturas (esto cuando el ajedrez es una asignatura curricular obligatoria en la escuela) a otras como el español, la matemática,  por mencionar algunos ejemplos en los que el ajedrez lee otras asignaturas.

Esto me ha ocurrido por estos días al anunciar con mucho entusiasmo que en estos momentos se encuentran disputando el campeonato mundial de ajedrez el joven Noruego Magnus Carlsen y Indio Anand. Y ahí viene la pregunta y por tanto la discusión: ¿Indio o hindú profesor?

Con mucha cautela me dispongo a exponer la tesis de por que se debe decir indio y no hindú. Básicamente por que la expresión hindú abarca a una religión y no a un gentilicio de nacidos de la India. Explico que en la India pueden y hay de por si católicos, cristianos, budistas,  musulmanes o que en nuestro país pueden existir hindúes y no necesariamente nacieron en la India. Aclarada la cuestión y queriendo entrar en el análisis profundo de la partida, se levanta otra mano preguntando: ¿Y nuestros Indios o los americanos, esos Pieles Rojas? a lo que aclaro que aquellos son aborígenes y los nuestros son indígenas.

La verdad no quedo del todo convencido, para lo que me ayudo de la tecnología y vamos directamente a la web de la RAE. Al consultar por Indio, aparece:
Indio 1. adj. Natural de la India. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a este país de Asia.
Y al consultar por Hindú, aparece:
Hindú: 1. adj. Natural de la India. U. t. c. s.2. adj. Perteneciente o relativo a este país de Asia.
Entonces, quedamos en lo mismo. Consulto a los compañeros del área de humanidades, como los docentes de sociales, español o filosofía y según sus apreciaciones, estamos todos de acuerdo, en que se pueden utilizar las dos expresiones, y creo que no me he “descachado” con los estudiantes, pero y ¿cuál es entonces la mejor manera para referirse al gentilicio del campeón del mundo Anand?

 

Pues existe el Diccionario panhispánico de dudas, gracias a que encuentro una discusión similar en un grupo de una red social de admiradores del certamen mundial y un usuario cita esta excelente fuente:

 

“El Diccionario panhispánico de dudas (DPD), cuya primera edición impresa —octubre de 2005— se puede consultar aquí, da respuesta, desde el punto de vista de la norma culta actual, a las dudas lingüísticas más habituales (ortográficas, léxicas y gramaticales) que plantea el uso del español”.

http://lema.rae.es/dpd/?key=Hind%C3%BA

 

Según esta fuente y que aclara todo de una vez, cita lo siguiente:

 

Hindú. 1. En sentido estricto significa ‘del hinduismo o que profesa el hinduismo (religión predominante en la India)’: «Paseo la vista por las esculturas de las distintas divinidades del panteón hindú» (Calle Viaje [Esp. 2001]); «Como los budistas, los hindúes creen también que todos tenemos vidas pasadas» (Abc[Par.] 2.12.02). El hecho de que la mayoría de la población de la India profese el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los aborígenes del continente americano), explica que prácticamente desde su introducción al español en el último tercio del siglo xix se haya usado también esta voz para designar a los naturales de la India. Este uso extensivo de hindú es admisible en contextos en que no exista riesgo de confusión con su sentido estrictamente religioso: «De origen norteamericano, actualmente tiene nacionalidad hindú» (Abc [Esp.] 4.9.89). El plural preferido en la lengua culta es hindúes.

 

2. Posteriormente, y debido seguramente a la polisemia del término hindú, se creó para los sentidos específicamente religiosos el término hinduista: «Otro ejemplo lo ofrece el enfrentamiento entre tamiles hinduistas y cingaleses budistas en Sri Lanka» (DzVelasco Hombres [Esp. 1995]).
3. No debe usarse el gentilicio hindú como nombre de la lengua mayoritaria de la India; el término correcto es hindi: «También ha hecho innumerables traducciones del hindi» (Bonfil Simbiosis [Méx. 1993]).
Y al consultar por Indio, aparece:
indio -dia. 1. ‘De la India’: «El primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, calculó que el sismo podría haber causado más de 2000 muertos» (Siglo [Pan.] 27.1.01). Como gentilicio de la India es también admisible el uso de hindú (hindú) y de la variante indo, desusada en la lengua general, pero que pervive en el registro culto literario: «Para el indo es injusta una constitución política que desconoce la norma cósmica de las castas» (Ortega Artículos [Esp. 1917-33]).

2. El término indio es también el gentilicio de las poblaciones aborígenes del continente americano: «Mi voz es como la de María Sabina, una india mazateca de México» (Vargas Pasado [Méx. 2002]); «En una revista folklórica se publicó un cuento popular de los indios de América del Norte» (Verdaguer Pipa [Esp. 1980]). Es asimismo frecuente el uso del término indígena, debido en parte al matiz despectivo que ha adquirido la voz indio en algunos países de América: «Esa es la ofrenda de los indígenas en San Juan Chamula» (Serrano Corazón [Chile 2001]). Son alternativas correctas los términos amerindio e indoamericano, de uso más restringido: «El cáncer no discrimina a negros, asiáticos, indoamericanos u otras minorías» (NHerald [EE. UU.] 12.5.97); «Los pobres rurales de Guatemala son minifundistas, trabajadores temporales sin tierras, pequeños agricultores amerindios» (Hora [Guat.] 4.1.97).

Queda todo muy claro, y es así como podemos abordar diferentes discusiones en diferentes temas en una clase de ajedrez, inclusive como en este caso, el campeonato por el título mundial entre “el tigre de madrás y el Mozart del ajedrez”, donde un estudiante de manera transversal puede adquirir varios conceptos en sus otras asignaturas como en este caso del campeonato mundial al español. Y podría transferir a otras asignaturas, pues imagínense ustedes, si un estudiante puede ubicar en el mapa a Madrás, hablar de su cultura, religión etc. O el hecho de dos choques generacionales en disputa de un título al que esta caracterizado por la lucha intelectual y las ayudas tecnológicas.

En la última clase, esos mismos estudiantes preguntaron: entonces, profe: ¿gano el indio o perdió el hindú? A lo que yo muy intuitivamente contesté, para así poder continuar con el tema: Pues va ganando el joven Noruego.

FI Cesar a Monroy H