¿Y ganó el Indio o perdió el hindú?
El
campeonato mundial de ajedrez entre Anand y Carlsen, en el aula.
Muchas son las maneras
de acercarse al campeonato mundial de ajedrez (Anand – Carlsen, Madrás-India 2013) desde la perspectiva
generada en el salón de clase, pues son los conceptos históricos como filosóficos,
sociales, culturales y lógicamente técnicos y deportivos en el que un
estudiante se encontrará interesado en
abordar. Es decir, un aproximarse a
las tramas que se pueden derivar de la partida y más que
un simple análisis de esta, apreciar el juego desde varios frentes.
Lejos de los análisis
profundos de variantes de los grandes maestros, como en los que a menudo un alumno se interesa o discute, sean
conceptos, jugadas, anécdotas, que para unos pueden ser triviales, y que sin embargo son
claves para que el alumno cree conexiones con otras asignaturas (esto cuando el
ajedrez es una asignatura curricular obligatoria en la escuela) a otras como el
español, la matemática, por mencionar
algunos ejemplos en los que el ajedrez lee otras asignaturas.
Esto me ha ocurrido por
estos días al anunciar con mucho entusiasmo que en estos momentos se encuentran
disputando el campeonato mundial de ajedrez el joven Noruego Magnus Carlsen y
Indio Anand. Y ahí viene la pregunta y por tanto la discusión: ¿Indio o hindú profesor?
Con mucha cautela me
dispongo a exponer la tesis de por que se debe decir indio y no hindú.
Básicamente por que la expresión hindú abarca a una religión y no a un
gentilicio de nacidos de la India. Explico que en la India pueden y hay de por
si católicos, cristianos, budistas, musulmanes o que en nuestro país pueden
existir hindúes y no necesariamente nacieron en la India. Aclarada la cuestión
y queriendo entrar en el análisis profundo de la partida, se levanta otra mano
preguntando: ¿Y nuestros Indios o los americanos, esos Pieles Rojas? a lo que
aclaro que aquellos son aborígenes y los nuestros son indígenas.
La verdad no quedo del todo convencido, para lo que me
ayudo de la tecnología y vamos directamente a la web de la RAE. Al consultar
por Indio, aparece:
Indio 1. adj. Natural de la India. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a este
país de Asia.
Y
al consultar por Hindú, aparece:
Hindú: 1. adj. Natural de la India. U. t. c. s.2. adj. Perteneciente o relativo a este
país de Asia.
Entonces,
quedamos en lo mismo. Consulto a los compañeros del área de humanidades, como
los docentes de sociales, español o filosofía y según sus apreciaciones,
estamos todos de acuerdo, en que se pueden utilizar las dos expresiones, y creo
que no me he “descachado” con los estudiantes, pero y ¿cuál es entonces la
mejor manera para referirse al gentilicio del campeón del mundo Anand?
Pues existe el Diccionario
panhispánico de dudas, gracias a que encuentro una discusión similar en un
grupo de una red social de admiradores del certamen mundial y un usuario cita
esta excelente fuente:
“El Diccionario panhispánico de dudas (DPD), cuya
primera edición impresa —octubre de 2005— se puede consultar aquí, da
respuesta, desde el punto de vista de la norma culta actual, a las dudas
lingüísticas más habituales (ortográficas, léxicas y gramaticales) que plantea
el uso del español”.
http://lema.rae.es/dpd/?key=Hind%C3%BA
Según esta fuente y que aclara
todo de una vez, cita lo siguiente:
Hindú. 1. En sentido estricto significa
‘del hinduismo o que profesa el hinduismo (religión predominante en la India)’: «Paseo
la vista por las esculturas de las distintas divinidades del panteón hindú» (Calle Viaje [Esp. 2001]); «Como
los budistas, los hindúes creen también que todos tenemos vidas pasadas» (Abc[Par.] 2.12.02). El hecho de que la mayoría
de la población de la India profese el hinduismo, junto con el deseo de evitar
la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los
aborígenes del continente americano), explica que prácticamente desde su introducción al
español en el último tercio del siglo xix se haya usado también esta voz para
designar a los naturales de la India. Este uso extensivo de hindú es admisible en contextos en que no
exista riesgo de confusión con su sentido estrictamente religioso: «De
origen norteamericano, actualmente tiene nacionalidad hindú» (Abc [Esp.]
4.9.89). El plural preferido en la lengua culta es hindúes.
2. Posteriormente,
y debido seguramente a la polisemia del término hindú, se creó para los sentidos
específicamente religiosos el término hinduista: «Otro ejemplo lo ofrece el
enfrentamiento entre tamiles hinduistas y cingaleses budistas en Sri Lanka» (DzVelasco Hombres [Esp. 1995]).
3. No
debe usarse el gentilicio hindú como nombre de la lengua mayoritaria
de la India; el término correcto es hindi: «También ha hecho innumerables
traducciones del hindi» (Bonfil Simbiosis [Méx. 1993]).
Y al consultar por Indio, aparece:
indio -dia. 1. ‘De
la India’: «El primer ministro indio, Atal Bihari
Vajpayee, calculó que el sismo podría haber causado más de 2000 muertos» (Siglo [Pan.]
27.1.01). Como gentilicio de la India es también admisible el uso de hindú (→hindú)
y de la variante indo, desusada en la lengua general, pero que
pervive en el registro culto literario: «Para el indo es injusta una constitución
política que desconoce la norma cósmica de las castas» (Ortega Artículos [Esp. 1917-33]).
2. El
término indio es también
el gentilicio de las poblaciones aborígenes del continente americano: «Mi
voz es como la de María Sabina, una india mazateca de México» (Vargas Pasado [Méx. 2002]); «En
una revista folklórica se publicó un cuento popular de los indios de América
del Norte» (Verdaguer Pipa [Esp. 1980]). Es asimismo frecuente el
uso del término indígena, debido en parte al matiz despectivo
que ha adquirido la voz indio en algunos países de América: «Esa
es la ofrenda de los indígenas en San Juan Chamula» (Serrano Corazón [Chile 2001]). Son alternativas
correctas los términos amerindio e indoamericano, de uso más restringido: «El
cáncer no discrimina a negros, asiáticos, indoamericanos u otras minorías» (NHerald [EE. UU.]
12.5.97); «Los pobres rurales de Guatemala son minifundistas, trabajadores
temporales sin tierras, pequeños agricultores amerindios» (Hora [Guat.]
4.1.97).
Queda todo muy
claro, y es así como podemos abordar diferentes discusiones en diferentes temas
en una clase de ajedrez, inclusive como en este caso, el campeonato por el
título mundial entre “el tigre de madrás y el Mozart del ajedrez”, donde un
estudiante de manera transversal puede adquirir varios conceptos en sus otras asignaturas
como en este caso del campeonato mundial al español. Y podría transferir a otras asignaturas,
pues imagínense ustedes, si un estudiante puede ubicar en el mapa a Madrás,
hablar de su cultura, religión etc. O el hecho de dos choques generacionales en
disputa de un título al que esta caracterizado por la lucha intelectual y las
ayudas tecnológicas.
En la última clase, esos mismos estudiantes preguntaron: entonces, profe: ¿gano el indio o perdió el hindú? A lo que yo muy intuitivamente contesté, para así poder continuar con el tema: Pues va ganando el joven Noruego.
En la última clase, esos mismos estudiantes preguntaron: entonces, profe: ¿gano el indio o perdió el hindú? A lo que yo muy intuitivamente contesté, para así poder continuar con el tema: Pues va ganando el joven Noruego.
FI Cesar a Monroy H
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